Si te invitan a viajar y aceptas,
aceptas la razón de quien te halaga.
Serás eso que desean, en cualquier parte:
poeta o poetastro,
algo representas para ellos.
Entre un viaje y otro,
distraes la conciencia de tu gran fracaso.
O no fracaso, no, la angustia adolescente,
¿quién soy? que no ha cesado.
¡Acepta las invitaciones a viajar!
¡La vida es un viaje!
Y cuando todo acabe,
labrada tu soledad pacientemente,
si alguien te preguntase
como Pessoa a Alvaro de Campos:
-¿Amaste?
(qué inútil todo)
entenderías
que si alguna razón de la existencia hubiese,
la habrías desdeñado.
Nota: En Las palmeras de los caballos rojos resumo un diálogo imaginado por Antonio Tabucchi entre Alvaro de Campos y Fernando Pessoa que forma parte del relato Los tres últimos días de Fernando Pessoa traducido por Carlos Gumpert M. y Xavier González Rovira:
¿Has amado de verdad a alguien?, susurró Pessoa.
He amado de verdad a alguien, respondió en voz baja Campos.
Entonces yo te absuelvo, dijo Pessoa, te absuelvo, creí que en tu vida sólo
habías amado la teoría.
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